Rojo y negro; del mezcal y mis antojos.
P asa así, cuando no queremos; puedes venir caminando por la calle y sin darte cuenta, pisar mierda de perro. Lo haces si no hay quien te diga "¡Cuidado!"; lo haces, si quien viene junto a ti, le gusta pendejear de la misma manera. Pasa así, que a veces, aunque te cuides, aunque prestes atención, las cosas pasan, aunque no queramos, y nos chingan la vida; el día, la existencia. A mi me había dejado de pasar, porque comencé a caminar sin cuidarme, viendo hacia el cielo, en lugar de cuidar dónde piso; creyendo que había alejado a la gente que le gusta pendejear de mi vida. Pero no, no avisan, creen que nadie se dará cuenta y la realidad es otra. Terminas por pisar esa mierda. Dice una cosa, luego la corrije - no es una mentira, fue omisión-, regresa a su verdad, la defiende; se para de puntas y levanta la cabeza, burlándose cuando el/ la otr@ cree estar seguro de lo que dice; hace burla "mira, lo mejor es que crees que tienes razón". Lo cierto: La mierda huel